martes, 15 de junio de 2010

5 de junio de 2010: Día Mundial del Medio Ambiente en el Año Mundial de la Biodiversidad y de la Convención del Clima en México

El cinco de junio constituye posiblemente la fecha más señalada de las que se celebran para fomentar la sensibilización mundial sobre el medio ambiente y promover la atención y acción política al respecto. Desde que el Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la Asamblea General de la ONU en 1972, para marcar la apertura de la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano, el número de instituciones que lo celebran cada año ha ido creciendo exponencialmente, contribuyendo a la creación de un clima de implicación generalizada en la reivindicación y construcción de un futuro sostenible.

Bajo el lema “Muchas especies. Un planeta. Un futuro”, este año se celebra la extraordinaria diversidad de vida en la Tierra, como parte del Año Internacional de la Biodiversidad. Miles de actividades institucionales están programadas en todo el mundo y son literalmente incontables las que se celebran en millones de centros educativos.

En http://www.unep.org/spanish/wed/2010/ podemos encontrar amplia información proporcionada por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) acerca de los actos programados para celebrar esta efemérides.

Pero la protección de la Biodiversidad y de la Diversidad Cultural (2010 es también el Año Internacional de la Aproximación de las Culturas) resulta impensable si no se adoptan urgentemente medidas que eviten la acelerada degradación de los ecosistemas. Ello remite, muy en particular, a la próxima Convención del Clima que se celebrará en México, del 29 de noviembre al 10 de diciembre de este mismo año, y a la necesidad de exigir a los gobiernos que superen miopes intereses a corto plazo y sienten las bases de un Protocolo capaz de revertir el actual incremento de gases de efecto invernadero y sus catastróficas consecuencias.

No se logró en Copenhague pese a muchos esfuerzos y corremos el riesgo de que tampoco se logre en México si no incrementamos nuestras acciones hasta crear un clamor universal. Es preciso superar la inhibición, la indiferencia, y convertir este 5 de junio en una nueva jornada de activismo educativo, tan intenso e imaginativo como nos sea posible, en pro de un futuro para la biodiversidad, requisito del futuro de nuestra especie. Una celebración que ha de impregnar la actividad escolar e irradiar su acción a toda la sociedad el 5 de junio y el resto del año hasta lograr que los responsable políticos conviertan el éxito de México 2010 en una prioridad para la supervivencia de nuestra especie. Debemos y podemos lograrlo; pero será necesario multiplicar e intensificar las acciones de aquí a la convención de México, como venimos proponiendo en los últimos boletines, haciéndonos eco de numerosos llamamientos a nivel planetario.